miércoles, 1 de julio de 2009

Después de las elecciones, los desafíos de la nueva fuerza

De un tiempo a esta parte el kirchnerismo tiene una grave debilidad que atenta contra su existencia: la ceguera política. ¿Cómo se explica sino que Pino Solanas pasó de ser un traidor que le hace el juego a la derecha a un feliz potencial aliado? Pero no fue solo el oficialismo el que no pudo percibir la emergencia de este nuevo fenómeno; también la oposición de derecha se expresó preocupada e intentó caracterizar a Martín Sabbatella como colectora kirchnerista.

En este artículo, continuamos la caracterización de un nuevo espacio que no estaba previsto por la opinión pública hace unos meses cuando comenzó este blog. Las elecciones dejaron entonces dos enseñanzas: primero que no se trata de una propuesta testimonial sin pretenciones de poder, y la segunda que su emergencia rompe la falsa contradicción entre oficialismo y oposición que estructó todo el debate en la Argentina.

El panorama político: la cultura política del pensamiento binario

Si el conflicto agropecuario dejó algo, eso fue sin dudas una fuerte división política entre el gobierno y la oposición, que conllevó el pensamiento binario y la lógica amigo- enemigo. Esto intentó legitimarse a través de la teoría "populista" de Ernesto Laclau, basada en la realización de diferencias y equivalencias; pero lo que no se dijo fue que así el kirchnerismo se inventó a un enemigo fuerte, agresivo y, sobre todo, unido.

Para hacerlo, antes había inventado algo más: "el campo". La Mesa de Enlace, como dijo al menos uno de sus protagonistas, no se formó por amor sino por espanto, no en forma propositva sino reactiva. Y eso es todo un síntoma de un grave error político: la 125, además de no plantear la reforma agraria, fue una medida torpe que licuó gran apoyo electoral para convertirse luego en un fetiche político.

El kirchnerismo debió saberlo, no se puede gobernar contra el campo, aún si es cierto que hubo sectores no representados por la Mesa de Enlace, nunca se preocupó demasiado por ellos. Ni antes ni durante, a pesar de los esfuerzos de algún diario progresista. Pero sin dudas, debió sobre todo haber hecho todo lo (im)posible por romper esta alianza, rescatando a un actor históricamente progresista como la Federación Agraria, aún si ello significaba discutir su interna.

No lo hizo así sino que fue todo lo contrario. Su discurso y su propuesta legislativa siempre los unió: eran todos oligarcas y golpistas. Proyecto Sur intentó cubrir el hiato y elaboró una nueva propuesta de retenciones móviles y bien segmentadas. Sin embargo, las negociaciones con el kirchnerismo cayeron por otra debilidad del gobierno: su cultura política autoritaria, propia de quien batalla contra un enemigo, y es dueño de toda la verdad. Esto impidió presentar otra cosa que un proyecto "propio", con algunas concesiones decididas por ellos, ajenas a todo diálogo.

Por supuesto, aquí la lectura política está magnificada por sobre los conflictos económicos puestos en juego y que también intervinieron. Pero lo que se trata de enfocar aquí es que, aunque hayamos estado de acuerdo con los objetivos, la enunciación política no fue la propicia para, aún dentro de la matriz populista, desarrollar los consensos necesarios que le permitan lograr, sin mayores conflictos, la política propuesta. El problema fue más bien la falta de una política agropecuaria planificada, que hizo por primera vez desde el retorno democrático pasar de los silbidos al reducto de La Rural a los cortes de rutas en varias partes del país.

Elecciones ¿del modelo socioeconómico o de la construcción política?

Otro cambio abrupto en el discurso oficialista fue la caracterización de las elecciones. Mientras que antes se ponía en juego "el modelo", Kirchner habría evaluado ahora que se juzgó más bien la forma de gobernar. Creo yo que nada hay más acertado que este diagnóstico: en su mayoría, la ciudadanía no ideologizada no votó al PRO porque eran de derecha. Más bien, lo hizo casi como un gesto psicológico, votó contra el oficialismo y su cultura política autoritaria.

Ya la intervención al INDEC hizo descreer a la sociedad del valor de la palabra para el kirchnerismo, la argumentación sin conseciones y la pésima forma de resolución del conflicto del campo terminó de derrumbar el descrédito del gobierno en un amplio sector de la ciudadanía. Por supuesto, no debemos olvidar aquí la intervención de los medios de comunicación, pero este importante actor solo puede actuar cuando existen las condiciones necesarias, en este caso la magnificación de la oposición como golpista terminó por imponer la lógica binaria.

Frente a este panorama, la irrupción de una fuerza progresista, popular y republicana tuvo la gran virtud de mencionar que existe una oposición a la izquierda del gobierno. Sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, quedó demostrado que la baja de las performances del PRO y de la Coalición Cívica, se debió a que la ciudadanía tuvo a disposición un partido que, aunque presentara las críticas al oficialismo nacional, propusiera medidas progresistas que defendían un verdadero modelo socioeconómico de incluisión.

Porque si hasta aquí hablamos de las formas de la política que representó el kirchnerismo, también hay que decir que los contenidos de sus políticas muchas veces se distanciaron mucho de lo que puede considerarse como una fuerza de centroizquierda. Y es que aunque la disputa se planteó contra los oligarcas, es decir, contra el modelo agroexportador excluyente, lo cierto es que el kirchnerismo basó su economía justamente en ese mismo actor económico, con el que después se peleó por la obtención de sus réditos.

Por ello volvemos a decir que la resolución 125 puede entenderse solo como un fetiche de la política, que el kirchnerismo mal utilizó como una vara para separar amigos de enemigos. No se trató de un intento de reforma agraria, ya que las retenciones hasta ese entonces fueron utilizadas mayoritariamente para el pago de la deuda externa, más que dentro de una planificación que intentara modificar justamente el modelo económico, que Pino Solanas bien caracteriza como agrominero exportador.

Los desafíos a debatir en el nuevo Parlamento

Por supuesto, no debemos tampoco olvidar el reconocimiento que realiza Martín Sabbatella de que, ante un posible avance oportunista de la derecha, hay que defender el piso obtenido por el kirchnerismo. Principalmente, un debate acerca del rol del Estado en la economía. Pero para avanzar y no chocar las ilusiones contra un techo muy bajo, se debe discutir como lograr que el Estado actúe no para realizar salvataje a los capitales sino para fomentar el desarrollo de pymes en las economías regionales.

Que haya un Estado que intervenga el mercado de granos, algo que defiende la Federación Agraria, para poder atacar a los grandes jugadores que son las compañías exportadoras. Un Estado que posea una política agropecuaria que detenga la sojización y en general la aplicación de monocultivos para fomentar la diversidad productiva y devolver el trabajo a los campos con el fomento de las familias campesinas y los pequeños productores.

Un estado que garantice una infraestructura de transportes para levantar las economías regionales, verdadera oposición a un modelo exportador, que incluye hacerse cargo del sistema ferroviario, en vez de plantear un ridículo tren de alta velocidad para las pequeñas burguesías urbanas. Un estado que planifique en energías renovables, que recupere la renta petrolera pero para invertir en paneles solares en el noroest y molinos de viento en la patagonia.

Un estado que garantice el principal asunto público, como lo es la salud de la población. Y en ese sentido que tenga políticas que respeten los equilibrios ecosistémicos, sobre todo que regule fuertemente a las empresas que solo contaminan y saquean las riquezas naturales. No que se deje resistir a los lobby de las mineras trasnacionales, para realizar el veto a una ley que había sido aprobada en forma unánime por ambas cámaras.

Para todo ello, debe consolidarse una nueva fuerza progresista y popular, de centroizquierda, abierta al diálogo político y que realice la construcción participativa de los consensos necesarios para llevar a cabo las reformas necesarias a través de la intervención planificada del Estado. También lo dijimos, la irrupción de esta nueva fuerza destruye la lógica binaria existente hasta ahora, y en ese sentido presiona al gobierno actuar a implementar el objetivo de la redistribución de la riquza, dicho en el discurso pero no en la práctica. Si eso ocurre, será una buena noticia para el país y la alianza será de hecho.

Así el progresismo pasará a ser un proyecto político honesto.

7 comentarios:

Maxi dijo...

Creo indudablemente que Pino debe ser el candidato a presidente no solo se Proyecto Sur, sino el de un frente de izquierda nacional y popular, que imitando a la victoriosa Unidad Popular de Chile en 1970, llegue a disputarles el poder a los niños ricos (Macri-De Narváez) que ahora van por más.
Ya se deslizó la idea de que Pino vaya por la jefatura de gobierno de Buenos Aires, ¿pero de qué estamos hablando?, tenemos, como nunca antes, me parece, un candidato que reúne todas las condiciones necesarias para dar pelea a nivel nacional, incluso, desde esta última campaña, irrumpió en los medios con el mensaje de reconstrucción nacional que hasta ahora estaba vedado por los monopólicos medios de comunicación.
Pino no tiene cincuenta años como para esperar que una buena gestión en la jefatura de gobierno de Bs. As. lo catapulte a una futura presidencia, y además, la República no puede soportar la embestida neoliberal-fascista que sería la elección de cualquiera de los nombres que están en danza.
La lucha debe ser por la Nación, si nos quedamos sin el pan y sin las tortas mala pata, pero no nos podemos dar el lujo de no dar la pelea que realmente el país necesita.
Repsol no extrae el petróleo de la punta del Obelisco, ni la Barrick Gold saca nuestro oro de los bosques de Palermo, ni los buques de bandera japonesa saquean los recursos marítimos del Río de la Plata. No nos podemos conformar con “mojarles la oreja” a los boquipapas de Barrio Norte o a las cogotudas de Recoleta o Puerto Madero.
¿Alguien imagina a Fidel, el Che, Camilo y Raúl tomando el poder en La Habana y dejando en manos de Batista el resto de Cuba?
Para competirle al macrismo en la ciudad de Buenos Aires hay excelentes candidatos que están a la altura de las circunstancias como los compañeros Claudio Lozano, Alcira Argumedo o algún otro que surja en los dos años que faltan.
No gastemos nuestra mejor carta en la primera mano para matar un cuatro. Es la Nación la que está en juego.

Un abrazo. Maxi.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE. PATRIA O MUERTE. VENCEREMOS.

Eduardo Soler dijo...

Justo estaba pensando en eso.
Si bien falta mucho para el 2011 y hay mucho por trabajar, considero necesario ir pensando estrategias electorales.

Dos escenarios para Pino, entonces:
1) Disputar la Jefatura de Gobierno. Creo que tiene la ventaja de consolidar un poder territorial, que dé bases a una futura presidencia de proyectoSur.

esta sería la versión más "realista" y si se quiere "pesimista", porque dejaría a la nación en todo caso apoyar en ballottage la opción que le haga frente al pro-peronismo-derechista (sea macri o reuteman).

2) Pelear la presidencia:
por un lado está eso, el peligro de quedarse sin nada. Pero pensándolo bien, igualmente Pino presidente arrastra votos en todo el país (si se hicieran elecciones conjuntas, cosa que no siempre o casi nunca pasa en Ciudad).

En ese caso, hay que consolidar un buen canditado en ciudad.

Lozano: tal vez no le veo mucho perfil de "ejecutivo", por otra parte está "marcado" por haber votado contra la 125 (cuando Pino bien dijo que él se habría abstenido). Como positivo es el referente de Bs As para todos, y en general un buen cuadro económico.

Argumedo, no la veo. Basteiro, hay que ver cómo se proyecta como legislador (jefe de bloque?).

Y si se forma la alianza con Nuevo Encuentro, ¿no se podría traer a Sabbatella a disputar la Jefatura?
No es de proysur y está en provincia, pero tiene coincidencias y bastante proyección en ciudad. pero sobre todo puede demostrar una gestión bastante eficiente desde el progresismo.
Además, el podría aglutinar ex-k, que cada vez serán más pero seguro habrá algunos, y encabezar sin mayores resistencias un verdadero armado opositor al pro.

La verdad yo lo pensaría. En ese caso se podría retomar la idea de presentar a DeGennaro como candidato a gobernador de bs. as. por SUR.

claro, todas estas son disquisiciones que discutirá el partido, seguramente. pero creo que hay que ensanchar el debate.

gracias por el comentario, y hasta el progresismo siempre!

Plan de Gestión Federal dijo...

Hola compañeros. Leí el post y está bien escrito, como vienen los acontecimientos los desafíos los va planteando la realidad cada día, sobre todo importa lo que pase con el justicialismo, con el progresismo que apoyó a kichner pero que no es peronista o no está dispuesto a tragarse los sapos (de derecha) a los que están acostumbrados los peronistas. Hay que ver qué otras opciones nacionales y distritales aparecen o DESAPARECEN en el mediano plazo.
Pino ya dijo que sabe que sus fuerzas van decayendo y prometió -esto fué el añó pasado antes de la campaña- que iba a tratar de ir por la presidencia de la nación sólo una vez más. Pero todo cambió.
No se sabe qué vamos a hacer pero por ahora es armar el bloque en la legislatura y en la cámara de diputados de la nación, por ahora tenemos eso y hay que ver cómo nos proyectamos desde los dos ámbitos, desde dónde se puede crecer más? Ojalá que desde ambos.
Hay que ver qué otra figura puede surgir desde proyecto sur tanto para lo nacional o para lo municipal y qué otras alianzas se arman en el camino.
Por lo de la 125 no se preocupen porque influye muy poco en la capital y en realidad la meta es llegar a un ballotage contra Macri o Michetti, en ese caso todos los que criticaron el voto de Lozano se encuadrarían.
Lozano ya fué candidato a jefe de gobierno, pero la cosa es que el conocido es Solanas y no es lo mismo uno que otro para la gente que ya lo votó o que lo acaba de conocer.

cosasdehombres dijo...

Compañeros, Pino NO debe ser el candidato a Presidente tirando al tacho la única posibilidad REAL que tenemos de recuperar el gobierno de la Ciudad.
NO vamos a ganar el 2011: no tenemos aramdo político en provincia de Buenos Aires, en Mendoza solo tenemos 1 militante, no tenemos presencia alguna en Tucumán, Córdoba, Salta, Jujuy, Chacho, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Neuquen, San Luis, San Juan... sin todas esas provincias y levantando algo de la noche a la mañana es ilógico pretender ser la mayoría a escala NACIONAL.
A su vez plantear Lozano en Capital es perder el voto: se va a presentar Carrió, por lo que vamos a luchar mucho ese voto de centro anti-Macri y Lozano no es mediático y no es simpático como Pinoy para colmo es sindicalista (lo cual es mala palabra en el voto de clase media), a su vez el voto kirchnerista? pues Lozano votó contra la 125 por lo cual cuesta mucho más traccionar apoyo de esa gente.
Pino es mediático, simpático, tiene anclaje en la gente, no votó directamente la 125. Por lo que puede recibir más voto indeciso, más voto de centro, y más voto peronista.
A la vez TENEMOS que ganar la capital. No es una "opción". Si no tenemos una base territorial estamos perdidos. Y plantear tirar por la borda la posibilidad de lograrla por el ideal irrealizable de "ganar la presidencia" es de miras cortas y muchas excitación triunfalista. Hay que recordar que salimos SEGUNDOS en capital y que no sacamos ni un voto en Bs As, Mendoza, Córdoba y Tucumán (y en Santa FE sacamos debajo del 5%). Sin victoria en ninguno de los centros urbanos no gana nadie. Por ahora NO los tenemos, pero podemos construirlos.
2011: Capital ... 2013: hacer pie en el interior y todas las grandes provincias (sacando un 10% y siendo tercera fuerza, y generando diputados para un Parlamento oficialista) 2015: ir por la presidencia contando con la base territorial previa y los diputados mínimos.
Cabe agregar para Maxi que la estrategia de Macri HOY es relacionar a Pino con Chavez y la simbología comunista tipo P.O.
Así que compañero, como valoramos tener el voto del centro, va a estar vedado entre nosotros el uso de esas cosas hasta ganar la ciudad, nada de banderas rojas con letras amarillas, consignas revolucionarias guerrilleras, o exceso de Che hasta en la sopa. Una vez que retomamos el control de la ciudad, pelamos los trapos pero no antes. NO sean piantavotos!
Así como la gente de Macri tapa sus amores por la dictadura hasta que asumen, hagamos lo mismo con nuestros temas más candentes (y así no le hacemos el juego a la campaña en contra de la derecha). Saludos! Y por Pino jefe de gobierno 2011 !!

Maxi dijo...

En alguno de los análisis puedo coincidir con vos, pero ¿te imaginás lo que puede quedar de este país con otra arremetida neoliberal ultraconservadora? ¿Que hacemos los del interior? ¿Nos vamos todos a vivir a la capital mientras entre cuatro atorrantes se reparten el saqueo de la Nación?¿Va a haber algo por que luchar en el 2015 después de Macri & Company? Me dan escalofríos de solo pensarlo. Saludos.

Plan de Gestión Federal dijo...

a cosasdehombres le dejo este manualcito que escribió un tipo hace mucho tiempo: Persuadir
Se trata de persuadir, no de BAJAR LÍNEA A LOS GRITOS.
Para Maxi: Si bien Pino seguro se va a presentar a jefe de gobierno, él va a hacer campaña en todo el país como lo hizo en esta elección.
Lo realista es sacar más diputados en todos los distritos para tener un bloque parlamentario más grande.
Se están formando núcleos de proy. sur en todo el país en muchas ciudades del Interior.
Muchos peronistas desencantados con el vacío docrtrinario del justicialismo están queriendo armar proyecto sur en las provincias.
Proyecto Sur es un Movimiento y como tal cada sector puede crecer autonónomante así que si querés hacer campaña 'por izquierda' lo podés hacer. Otros harán una campaña más moderada porque obviamente tenemos que convencer a los vecinos de bs. as. de que pino tambíén les va a arreglar las veredas y emparchar las calles.
Pero lo bueno es que el porteño tiene un Ego enorme y mantienen una visión bien centralista de sí mismos. La ciudad tiene muchos recursos económicos, de modo que desde la Capital se pueden crear institutos y foros que tengan que ver con la minería, la pezca, etc. y los porteños van a estar felices de ser una caja de resonancia de esos temas que en el interior están siendo acallados.
Mucha gente de los foros de minería se puso contenta con el 24% de Pino en Capital porque es una forma de tener más voz donde a veces se escucha más.
Lo de Chávez no es problema, en la CABA el chavismo no es tan resistido como los medios nos quieren hacer creer y las críticas son más a las formas que al modelo económico de estatizaciones. En todo caso Pino será un Chávez "amable". En el sur de Buenos Aires viven cientos de miles de bolivianos pobres, y todos son fanáticos de Evo Morales aunque hayan tenido que emigrar de su país por razones económicas. Fíjense que Solanas es el único candidato que apoya expresamente a Evo. Se pueden convertir aspectos supuestamente negativos en herramientas positivas para convencer al electorado sin necesidad de arriar ninguna bandera. Oviamente el 30% que votó a Michetti no nos va a votar, tenemos que intentar persuadir al otro 70% sabiendo quiénes son y cómo piensan y no subestimándolos, los porteños también desconfían del manijeo mediático y electoral.
Saludos

Eduardo Soler dijo...

Hola a todos: Muchas gracias por los aportes que es lo que hace verdaderamente interesante un blog.

A partir de sus comentarios escribí un nuevo artículo con mi opinión al respecto.

Corrí un poco el eje sobre si Pino o no debe ser candidato, para pensar en la estrategia de Proyecto SUR - BsAsPT.

Acerca de los símbolos, es interesante pensar el caso del Che Guevara, que si bien es una figura política de -extrema- izquierda, tiene gran popularidad, sobre todo entre los jóvenes.

Bueno, saludos y a prepararse porque se vienen unos dos años bastante "interesantes" en la ciudad...